Y de pronto, un día, me llegó un guión de mi nueva agente, un regalo del cielo. Era la historia de un chico con tijeras en vez de manos, un inocente inadaptado en una urbanización. Leí el guión en seguida y lloré como un recién nacido. Asombrado de que alguien pudiera ser tan lúcido como para concebir y escribir una historia así, la volví a leer de inmediato. Me afectó y conmovió de tal manera que mi cabeza se vio inundada por fuertes oleadas de imágenes: los perros que tuve de pequeño, la sensación de ser raro y obtuso mientras crecía, el amor incondicional que sólo niños y perros son los bastante evolucionados para sentir. Me identifiqué con la historia que me obsesionó por completo. Leí todos los libros infantiles, cuentos de hadas, libros de psicología infantil, todo, cualquier cosa... y entonces la realidad se impuso. Yo era un chico de la tele. Ningún director en su sano juicio me contrataría para este personaje. No había hecho ningún trabajo que demostrara que podía con un papel así. ¿Cómo podría convencer a este director de que yo era Eduardo, que le conocía de la cabeza a los pies? A mis ojos era imposible.
[Johnny deep ]
fragmento del prólogo del libro "Tim Burton por Tim burton"